Sí, la Grote Markt, Plaza Mayor o Plaza del Mercado, es el centro de Brujas y por supuesto tiene una magia muy especial. Punto de partida obligado para empezar a descubrir la belleza de la ciudad, la Markt está presidida por la imponente torre del Campanario (Belfort) a la que puedes subir (si te atreves con los 366 escalones) para disfrutar de una de las mejores vistas de la ciudad.
La plaza, además, tiene vida propia con el trasiego constante de los turistas y de los habitantes de Brujas que la cruzan sin darle demasiada importancia. Los miércoles, de 09:00 a 13:00, hay un mercado que hace que cobre especial animación. Aquí, además, tienes un magnífico «decorado» medieval que merece la pena contemplarse. Las casas de los antiguos gremios, cada una con su historia y con los emblemas identificativos de su actividad, forman uno de los laterales de la plaza. La arquitectura flamenca del medievo, las fachadas coloridas que terminan en tímpanos triangulares rematados con estatuas doradas, crean un ambiente único del que puedes disfrutar desde alguna de las múltiples terrazas de la siempre ajetreada plaza.
También, rodeando la torre del campanario, tienes el mercado cubierto de Le Halle, en el que es fácil imaginar la intensa actividad comercial de la Brujas del Medievo.
Si te apetece, los coches de caballos esperan en la plaza a que te decidas a dar el que sería, sin duda, un paseo romántico por la ciudad difícil de olvidar, y también tienes los puestos donde venden las tradicionales patatas y salchichas, un tentempié perfecto para contemplar tanta belleza.
Independientemente de cómo sea tu viaje y del tiempo del que dispongas, detente unos minutos en esta plaza y luego continúa hacia la anexa plaza Burg, el encanto medieval de ambas y el ambiente animado que siempre les acompaña es parte del encanto de esta ciudad.